CONTROL ACTIVO DE ÁNGULO MUERTO
El control activo de ángulo muerto (ABSA) incrementa el nivel de protección aún más si cabe, al mantener a raya uno de los mayores peligros de la carretera: los vehículos que quedan dentro de sus ángulos muertos.
El control activo de ángulo muerto (ABSA) incrementa el nivel de protección aún más si cabe, al mantener a raya uno de los mayores peligros de la carretera: los vehículos que quedan dentro de sus ángulos muertos.
Los ángulos muertos se extienden desde la zona inmediatamente posterior a los retrovisores exteriores hasta unos 7 m
por detrás del paragolpes trasero. El ABSA supervisa esta zona de detección desde tres puntos de entrada distintos: los laterales, la parte trasera y los vehículos que le adelantan
Preste atención en todo momento a las condiciones del tráfico y mantenga siempre una distancia segura a ambos lados de su vehículo.
El ABSA requiere una visibilidad óptima para funcionar correctamente: la zona del paragolpes trasero donde se encuentran los sensores de radar no debe estar cubierta de nieve, hielo ni suciedad.
Para que el ABSA funcione, es preciso que mantenga las manos en el volante en todo momento.
Las curvas pronunciadas, las pendientes, las marcas de los carriles mal pintadas y las zonas en obras pueden afectar al sistema, por lo que debe estar siempre preparado para evitar cualquier peligro.