Volver a la ciudad es como el viaje del héroe. El mundo antiguo y un desafío que afrontar, el más duro. Un desafío que, como el desierto, está lleno de dificultades, de lugares oscuros, de arenas en las que puedes hundirte. El desafío es ahora, es completamente humano pero liderado por el mundo, por el futuro.
El camino de regreso está marcado. El viento lo ha limpiado y ahora podemos ver el futuro. Está formado por los mismos elementos que al principio: aire, agua, tierra, fuego. Pero estos componentes fundamentales han pasado por el hombre, que primero los explotó y ahora comienza a apoyarlos. Se puede entender, es el principio de una nueva era, una lucha iniciada para no ganarla, dominar o resistir; una lucha para llegar a un acuerdo con el mundo y para el mundo. Al regresar de un viaje, siempre se vuelve distinto, especialmente si se ha elegido el camino correcto.
